El Pescador y el Empresario
Había una vez un exitoso empresario que estaba de viaje y decidió detenerse en un pequeño pueblo costero. Mientras paseaba por la playa, vio a un pescador reposado en la arena, descansando después de una corta jornada de pesca.
El empresario, curioso, se acercó al pescador y le preguntó:
— ¿Por qué no pescas más? Si trabajaras un poco más, podrías ganar mucho más dinero.
El pescador, mirando al horizonte con una sonrisa tranquila, respondió:
— Pero si ya tengo suficiente para lo que necesito. Pesco solo lo suficiente para alimentar a mi familia y disfrutar del día.
El empresario, desconcertado, insistió:
— Pero si trabajas más, podrías comprar un barco más grande, luego una flota, abrir una empresa y eventualmente convertirte en un gran empresario. Así podrías ganar mucho más dinero y tener una vida llena de lujos.
El pescador, con calma, preguntó:
— ¿Y después de todo eso, qué harías?
El empresario respondió entusiasmado:
— Luego podrías descansar y disfrutar de la vida.
El pescador, sonriendo aún más, replicó:
— Pero, ya estoy haciendo eso. Disfruto de cada día, paso tiempo con mi familia y encuentro paz en mi vida.
Reflexión bajo el enfoque yóguico
He elegido el cuento del pescador y el empresario porque ilustra la importancia de encontrar satisfacción en el presente y no en la acumulación de bienes o logros. Este cuento nos recuerda que la verdadera paz y felicidad provienen de la conexión con nuestro ser interior y de disfrutar el momento presente. Nos enseña a valorar lo que tenemos y a vivir con plenitud en lugar de buscar constantemente más. Esta parábola popular ha sido adaptada en diversas culturas para transmitir lecciones sobre la vida y la felicidad.
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