Explora Marruecos a través de mis ojos en este emocionante viaje de 6 días, acompañado por José.
Nuestro viaje a Marruecos fue una travesía inspirada por razones espirituales y la búsqueda de aventuras. Pasamos tres días explorando las calles de Fes y otros tres en Casablanca, y esta experiencia nos dejó una mezcla de emociones y descubrimientos que dejaron una huella indeleble en nuestros corazones.
El vuelo desde Málaga a Fes duró menos de una hora, mientras que el tren que nos llevó de Fes a Casablanca, una emocionante aventura de cuatro horas, reveló contrastes en esta corta distancia.
El tiempo en la Medina de Fes, donde enfrentamos el calor del día en calles sin techo y disfrutamos del agradable frescor de la sombra, parecía transcurrir a un ritmo más sosegado. Recorrimos estrechas calles llenas de vendedores carismáticos y niños curiosos que nos seguían mientras explorábamos. La vida cotidiana adquiría una cadencia más tranquila que en nuestro país de origen, España. A la vez, esta vibrante ciudad nos cautivó con sus colores, aromas, bullicio de personas y la presencia de gatos que vagabundeaban por las calles.
Explorar la Medina de Fes, con sus laberínticos pasajes y su riqueza cultural, fue una experiencia que decidimos emprender por nuestra cuenta. Fuera de la Medina, encontramos a personas que intentaban acompañarnos o parecían estar interesadas en mostrarnos el camino. Aunque en ocasiones desconfiábamos de sus intenciones, mantuvimos la humildad y la apertura de corazón que Marruecos nos enseñó. Aprendimos a seguir nuestro propio instinto y, al hacerlo, descubrimos la belleza de la autenticidad en la interacción con los lugareños.
En Casablanca, visitamos la impresionante Mezquita Hassan II y exploramos la Plaza y la Medina, aunque esta última no capturó mi corazón de la misma manera que la Medina de Fes. En cuanto a Ricks Café, famoso por la película “Casablanca”, descubrimos que se ha convertido en un sitio bastante turístico y un poco caro, con presencia policial constante. Cabe mencionar que la película fue hecha en Hollywood.
En Marruecos es común encontrar que las casas tienen una apariencia modesta en el exterior pero sorprendentemente hermosas y diseñadas en su interior, como era el caso en nuestro hotel o los hermosos restaurantes que visitamos. Durante nuestro viaje, no faltaron los deliciosos Tajines, la música tradicional y el té marroquí acompañado de dulces de almendras. Por cierto, la moneda local, el dirham, era la forma de pago predominante, y casi siempre necesitábamos efectivo en nuestra bolsa.
Para desplazarnos por las ciudades, confiábamos en los taxis: los rojos para movernos dentro de la ciudad y los blancos para llegar a las zonas fuera del centro. Resultó curioso ver a menudo más pasajeros en un taxi de lo que podíamos imaginar, pero pronto nos acostumbramos a esta práctica común. Notamos diferencias en el uso de la tecnología en Marruecos en comparación con España. Vimos menos personas absortas en sus teléfonos móviles y más que se movían a un ritmo pausado por las calles. Recomendamos moverte usando una aplicación llamada maps.me, que no requiere datos móviles. Puedes adquirir una tarjeta SIM en el Aeropuerto de Fes para mayor comodidad. Ten en cuenta que las compras en Marruecos suelen tomar tiempo, y es importante regatear para obtener precios razonables.
Marruecos nos abrió los ojos a nuevas perspectivas y valores. Experimentamos una apertura del corazón con facilidad en este hermoso país, donde la humildad y la espiritualidad se manifestaban en cada rincón, aunque la influencia moderna también era evidente. Los rezos que resonaban en las calles nos conmovieron, recordándonos la importancia de la devoción espiritual en la vida cotidiana.
Este viaje nos dejó una profunda impresión
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